No
sabemos si estos autores han seguido escribiendo poesía,
pues no ha sido posible localizarles. Pero nos ha parecido
interesante incluir esta pequeña muestra, embrión de una
producción y testimonio de una vocación. Ahí están.
CIRÍACO
BOKESA
ISLA VERDE
Me encanta verte así,
isla mía:
llorando verdes ríos
los ojos verdes
de tus montañas;
buscando esperanzas,
dándolas también.
Libre en tu ruta
de paz,
delgada en tu belleza,
verde en los ojos,
de tus ríos amargos,
isla verde,
me encanta verte así.
Me encanta verte
iluminadas las costas con faros
de libertad
en ruta abierta a los mares inmensos
de un mundo en que nadar;
nadar, nadar
a lomos de inciertas olas
y al ritmo de un imposible azul,
porque ha sido el brote de tu sangre
más pura
gritar, gritar y gritar...
—pues latía en tus venas la herrumbre de
(aquella nostalgia fría
de sentirte como fuiste)—.
Mas ahora
importa nadar;
bregar para subsistir,
o quedarse como estanque de piedra
donde cupiera todo el universo,
muerto de risa
ante tu cadáver yerto.
Mantén en la Virgen de tu Pico
el oro de cada sueño;
y, sin morriñas
que espejen tu conciencia dolorida,
tiñe de luna
tu alegría impuesta;
entona hímnicos cantos,
enrutando los ojos
hacia el imposible azul soñado;
y, al unísono,
vibra en la algazara común,
isla verde,
cogollo de toda
la belleza tropical,
corazón donde la sangre es verde
y verde el mirar de cada río
que nace en tus ojos
cansados de remar.
Ahora que el mundo canta
romances de luna,
y África entona en SI MAYOR
su CANCIÓN,
no desafines
la verbena común,
isla verde,
isla de mis sueños...
De La Guinea Española. Junio-agosto 1968
MATOGO
GUINEA, UN AÑO DE EDAD
En un doce de Octubre naciste al mundo
y hoy, doce de Octubre, cumples un año;
por eso tus hijos, nosotros, guineanos
celebramos alegres tu cumpleaños.
Al mundo internacional llevas un año.
Un año en que ratificaste el «Estado»,
un año de miles de ofensas y elogios
un año que por tus obras parecen dos.
Vemos nosotros, guineanos,
que cuando cumplas dos valdrán cuatro,
mas tus enemigos veránse ofendidos
por tus saltos y avances relámpagos.
No debe importarte, Guinea, mucho
Que por tu
loor se ofenda el desgraciado
pues unidad, paz, justicia son tus mazos
para combatir con tales enemigos.
¡Felicidades, oh Guinea!, Estado,
por cumplir heroicamente un año;
por eso tus hijos, nosotros', guineanos,
deseamos Dios te guarde muchos años.
De Pótopoto, Bata, 12 de octubre 1969
SIMPLICIO
NSUE AVORO
YA HA VUELTO EL OCTUBRE
Ya ha vuelto el octubre
y sus doce días de fiesta.
Suena el Tam-tam,
rueda la danza:
Tiende sobre la selva
el verde manto de su alegría.
Ya ha vuelto el Octubre
y sus doce días de fiesta
pega caliente el sol:
suena el Tam-tam, rueda la danza.
Las lluvias pasan aprisa
y el blanco muestran de la alegría.
Ya ha vuelto el Octubre
y sus doce días de fiesta.
La masa grita en la plaza:
suene el Tam-tam, ruede la danza.
Canta el reloj en su torre
el poder santo de la alegría.
Ya há vuelto el Octubre
y sus doce días
de fiesta.
¿Le oís que en los aires trina?
Suena el Tam-tam, rueda la danza:
—Abrid a la paloma
que trae mensaje de alegría.
Estamos ya en Octubre
con sus doce días de fiesta.
El cielo gira silencioso:
suena el Tam-tam, rueda la danza.
El Octubre trae su fiesta
que el logro trae su alegría.
Este es el Octubre
y en el país
todo zumba y reverdece:
suena el Tam-tam, rueda la danza.
Cuando el son y el verdor crecen
tanto más crece —toda alegría.
Morirán las lluvias.
Se irá el Octubre:
suene el Tam-tam, ruede la danza.
Mas cada año en la selva
cada año en los corazones
prepara el manto —de alegría.
De Potopoto, Bata, Octubre 1968
SECUNDINO
OYONO
UN SONETO A LA CIUDAD DE BATA
Dedicado al limo. Sr. Alcalde Lumu Matindi
Emula Bata, ninfa engalanada,
Que contemplas del cielo azul sin fin.
Y caes desmadejada cual jazmín.
En brazos de la mar ensortijada.
¡Quién palabra tuviera acomodada!
Tus calles que cual notas de violín,
Muy controladas vístense carmín
¡Oh, perspectiva, cisne enjoyelada!
Mira cómo la torre relumbrante
Del foro, alta se yergue con ternura,
Como vestido de alas un gigante
Como a su pie una plaza con finura,
Florado aroma, osténtanos galante;
¡Mal juez, quien no declare tu hermosura!
CANTO A GUINEA
¡Bienaventurada, oh tierra amada!
que lates en brazos de tus hijos,
forjadores de tu fiel destino
por la fe robusta de España guiados.
Eres el templo en que mi madre reza,
el campo de míseros labriegos,
cuna donde mis hermanos duermen,
tierra en que descansan mis abuelos.
Las insignias majestuosas que tienes:
La Unión, Amor y el Sacrificio,
en tus famosos brazos hercúleos
de la viva y gran raza africana;
por eso eres sagrada en torno tuyo
y las anchas centurias de la gloria,
teñidas por la sangre de los nuestros
te coronan y cantan sin cesar.
Tú eres el pequeño Estado
fruto de hispanidades ecuménicas,
puro germen, principio fecundo
de esta África Ecuatorial.
Tú, la escondida simiente
manantial sempiterno de paz,
pueblo por el mismo Hacedor concentrado,
la Unidad Indisoluble es tu ser.
Tú, la fuerza secreta que África
en sus ejes impulsa a avanzar
hacia la senda por todos anhelada
y de los países que animan tu faz...
De tus obras los años que vienen
incansables artífices pondré
en tu Historia, Madre amorosa,
que en algún tiempo escribiré.
Tú me engendraste mortal
y hasta me diste un nombre;
pusiste en mí tus tormentos,
en mi alma tus rencores,
en mi mente tu ansiedad;
me tributaste mil temores
y entre Dios y los Hombres
partiste, camino a tu Fin.
Mas soy parte de este tu todo,
soy ese espíritu insomne
que te excita, exalta y canta
en estos mis versos no medidos,
de mi mente, sin rima salidos,
prendas de amor, insignias del cariño
en que mi alma gozosa está.
Tú eres mi vida, mi amor, mi luz...
¡Márchate fiel, oh tierra querida!
que ya llegó el amanecer en la Historia
de estos, tus tan ufanados hijos,
en que inferimos todos unidos,
que serás como el sol en el Oriente,
que serás como el mundo inmortal.
De Potopoto, Bata, 12 octubre 1969